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COP24, así afrontarán las empresas el cambio climático

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COP24, así afrontarán las empresas el cambio climático
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CaixaBank

22 Enero, 2019


El cambio climático lleva años ofreciendo señales alarmantes. Está en juego el futuro del planeta, por eso 195 países se conjuraron para frenarlo. Era diciembre de 2015 y, el escenario, la 21ª Conferencia del Clima de la ONU, que se celebraba en París. Tres años más tarde, en la Conferencia del Clima número 24 (COP24), celebrada en Katowice (Polonia), se fijaron las reglas para comprobar si los países cumplen o no los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París.

Aunque pueda sonar a jerga burocrática, el acuerdo alcanzado en Katowice tendrá una gran trascendencia. Fija las reglas en áreas como el establecimiento y seguimiento de los planes nacionales de reducción de emisiones contaminantes, o cómo saber si la acción global por el clima es realmente efectiva.

Qué significa Katowice para las empresas

El acuerdo alcanzado en Katowice comprende unas reglas del juego que los países deberán cumplir. La cuestión es que no podrán hacerlo solos. La colaboración de ciudadanos, sociedad civil y empresas es primordial en este sentido. Tanto es así que cientos de compañías, inversores y ciudades reclamaron a los gobiernos, a través de una declaración conjunta, que establezcan objetivos y plazos que sean ambiciosos y claros para tomar medidas que ayuden a actuar frente al calentamiento global.

Pero la COP24 de Katowice también ha revelado algunas claves que marcarán la manera de hacer negocios en el futuro y que tienen mucho que ver con la actitud de las compañías ante el cambio climático.

Una muestra del compromiso de CaixaBank en esta cuestión es la reciente adhesión de VidaCaixa y CaixaBank Asset Management a Climate Action +100, una iniciativa liderada por inversores que impulsa el diálogo con las compañías del mundo con mayores niveles de emisiones de gases de efecto invernadero.

La transición energética no tiene vuelta atrás

Tal como destaca la consultora KPMG, aunque los cambios en el panorama político internacional hayan llevado a algunos países a mostrar sus reticencias a la hora de frenar las emisiones globales de carbono, la gran mayoría de los firmantes siguen a bordo del Acuerdo de París.

Estas naciones tendrán que encontrar una manera de financiar y cumplir con sus compromisos de reducción de carbono. Para conseguirlo, deberán establecer políticas que aceleren la transición energética y estimulen la inversión. Esto significa, a su vez, que las empresas deberán seguir teniendo en cuenta la transición energética como factor clave de sus estrategias para poder cumplir con esas políticas.

La evidencia científica como guía

Otra de las cuestiones que han quedado claras en la COP24 de Katowice es que los estudios científicos sobre el cambio climático sirven a países y sociedad como guía para tomar las decisiones más adecuadas.

En este sentido, a lo largo del último año ha salido a la luz una gran cantidad de evidencia científica sobre el impacto del cambio climático en el planeta. Además, los informes apuntaban que los objetivos y políticas de los gobiernos deben ser más ambiciosos para conseguir evitar los efectos adversos del cambio climático.

En los próximos años se espera que vean la luz estudios científicos cada vez más sólidos e impactantes que orientarán a gobiernos y empresas a la hora de adaptar sus políticas energéticas.

Inversores y consumidores cada vez más exigentes

Tal vez una de las conclusiones de Katowice más importantes para las empresas la sintetizó una estudiante sueca, Greta Thunberg, que tomó la palabra en nombre de un movimiento de escolares por el clima.

Greta se dirigió a los líderes presentes en Katowice para lanzarles una advertencia: si no toman medidas, los votantes y consumidores del futuro lo harán por ellos: “Decís que amáis a vuestros hijos, pero les estáis robando su futuro delante de sus ojos. Hasta que no os centréis en lo que hay que hacer y sigáis haciéndolo en lo que es políticamente posible, no habrá esperanza. No hemos venido aquí a rogar a los líderes mundiales que nos escuchen. Hemos venido a haceros saber que el cambio está en camino, os guste o no”.

Se trata de una afirmación que los inversores ya tienen muy presente. Tal como asegura KPMG, estos actores tienen cada vez más en cuenta que el valor futuro de sus inversiones puede verse afectado por un clima extremo y las dinámicas cambiantes de una economía global en proceso de descarbonización. Por eso, pedirán a las empresas cada vez más información sobre las medidas que están adoptando para adaptarse a estas realidades.

Como es de esperar, las generaciones más jóvenes también son cada vez más exigentes en todo lo que se refiere al futuro del planeta. Por esta razón, las empresas, sobre todo las que se dirigen a los consumidores, sentirán cada vez más presión por parte de sus propios clientes. No solo les pedirán un posicionamiento claro respecto al cambio climático, sino también que prueben que, efectivamente, están tomando medidas para reducir o eliminar sus emisiones de carbono.

¿Qué piden las empresas?

Todas estas circunstancias subrayan la importancia que tendrán las políticas ecológicas dentro de las empresas en los próximos años. Su compromiso con este cometido quedó patente en sus reivindicaciones de objetivos y fechas claras para adaptar sus políticas de responsabilidad medioambiental a los acuerdos que suscriban los países.

Sin embargo, las reclamaciones del mundo empresarial no se quedaron ahí: también solicitaron una regulación sólida que mejore la fiabilidad de los datos sobre reducción de emisiones que ofrecen los gobiernos. Asimismo, se pidió que el funcionamiento de los mercados de derechos de emisiones de carbono y la financiación climática sean más transparentes.

Entretanto, la Unión Europea ya se comprometió en Katowice a endurecer sus objetivos de eficiencia energética de cara a 2030 (un aumento de al menos el 32,5%), de uso de energías renovables (hasta el 32%) y del empleo de combustibles renovables para el transporte (14%). Para conseguir estas metas, será necesario que las empresas apuesten de manera decidida por estrategias que ayuden a frenar el cambio climático. Una línea de acción que, tal como ha quedado patente, será determinante tanto para el rendimiento futuro de estos negocios como para el del planeta.

Fuentes: KPMG, El País, RTVE, Unión Europea

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