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Biohacking: ¿ciencia o magia?

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Biohacking: ¿ciencia o magia?
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24 Mayo, 2019


Cuando ya nos habíamos acostumbrado a los wearables, esto es, llevar dispositivos tecnológicos sobre nuestro cuerpo, la ciencia ya ha dado un paso más allá con su versión más vanguardista y transgresora: el biohacking. Su objetivo sería el mismo: ampliar las capacidades, tanto físicas como mentales, del ser humano. La diferencia es que, con el biohacking, la forma de mejorar el cuerpo humano sería llevar el dispositivo no de forma externa como en los wearables, sino internamente.

¿Nos convertiremos todos en cíborgs como Neil Harbisson, considerado el primer cíborg del mundo? Hay división de opiniones: mientras algunos lo ven como un paso excesivo, otros no solo hablan ya de transhumanismo, sino que lo presentan como el único futuro posible.

En realidad, el biohacking, término que obviamente proviene de la combinación de biología y hacking, es un concepto amplio que puede utilizarse para referirse a actividades bastante variadas. Mencionado por primera vez en un artículo del Washington Post de enero de 1988, «Playing God in Your Basement», el biohacking se suele dividir hoy en día en tres grandes categorías: la nutrigenómica (o genómica nutricional), la biología DIY (DIY de do it yourself, también conocida como biología de garaje) y, por último, el llamado biohacking grinder.

Nutrigenómica

La nutrigenómica consiste en la manipulación de la actividad de nuestro cuerpo a través de la alimentación, el sueño, el ejercicio físico o la gestión del estrés. Siendo la versión más light del biohacking, la nutrigenómica se basa en la idea de que nuestros cuerpos están en constante transformación, y pretende utilizar estos cambios para vivir mejor, sea a través de la alimentación, el sueño, las actividades físicas u otros estímulos que lo que hacen es alterar las funciones del cuerpo humano.

Biología DIY

La DIYbio, biología do it yourself o biología de garaje, movimiento surgido a principios del siglo XXI, es una subcategoría del biohacking que pretende crear una versión accesible de la biología, mediante soluciones tecnológicas de bajo coste que uno mismo puede llevar a cabo en su casa –o en su garaje– y que suele moverse fuera de las universidades, empresas de biotecnología y otros entornos convencionales de la biología. Con ardientes defensores y férreos detractores, los practicantes de la biología DIY no suelen tener formación académica, sino que la practican por su cuenta y riesgo, con el único apoyo de su propia comunidad.

Biohacking grinder

Finalmente, el biohacking grinder sería el último paso: sus defensores apuestan directamente por los implantes tecnológicos o la manipulación química del cuerpo para ampliar las capacidades del ser humano.

Los transhumanistas no solo defienden los implantes para mejorar la «experiencia humana», sino que aseguran que estos mejorarán nuestro coeficiente intelectual, nos harán más fuertes físicamente, y que incluso podrían detener o revertir el envejecimiento. ¿Estamos hablando de ciencia o de magia? El debate está servido.

Por cierto, ¿qué pensará el ciborg Neil Harbisson de todo ello?

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