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Diga “A” desde su casa: es el momento de la telemedicina

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Diga “A” desde su casa: es el momento de la telemedicina
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CaixaBank

12 Agosto, 2020


Consultar con un médico a distancia no es algo nuevo, aunque este año haya cobrado un importante protagonismo. La pandemia del coronavirus ha servido para impulsar de manera general los servicios de telemedicina, al incorporarse de manera masiva al sector público. Esta práctica, que ya era habitual en algunas compañías aseguradoras, ha pasado así a formar parte del día a día de muchas personas.

La declaración del estado de alarma el 14 de marzo por la crisis del coronavirus tuvo como principal objetivo evitar el colapso del sistema sanitario. Al reducir el número de contactos entre las personas, se prevenían nuevos contagios y los centros hospitalarios podrían atender a los que estaban enfermos. Muchos ciudadanos con síntomas de la COVID-19 ya empezaban a acudir a los servicios de urgencias de los hospitales y a llamar a los números de atención telefónica para recibir asistencia.

Para descongestionar ambos servicios, una de las medidas que puso en marcha el Gobierno unos días después, fue la plataforma gratuita de atención sanitaria Asistencia COVID-19. Disponible en seis comunidades autónomas (Madrid, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura), la herramienta puede utilizarse a través del móvil o la web.

Este recurso permite llevar a cabo autodiagnósticos, acceder a recomendaciones de actuación e información actualizada y a recibir recordatorios para realizar un seguimiento periódico del estado de salud del usuario. Aunque, puntualizan desde el propio Gobierno, en ningún caso constituye un servicio de diagnóstico médico.

Asistencia universal

Esta medida de teleasistencia es solo uno de los ejemplos de las iniciativas puestas en marcha desde la declaración de la pandemia para seguir ofreciendo servicios sanitarios a los pacientes. Sus beneficios no son solo asistenciales, también son una muestra de cómo la medicina a distancia puede ayudar a los sistemas sanitarios todo el mundo a atender a un mayor número de pacientes ahora y en el futuro.

A pesar de los grandes avances en medicina que se han producido en los últimos años, no está garantizado que toda la población disponga de la atención sanitaria que necesita. Tanto es así que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU —el número 3— es lograr la cobertura sanitaria universal. Una meta con la que CaixaBank contribuye desde hace más de diez años a través de la Alianza Empresarial para la Vacunación Infantil desarrollada en el marco de la iniciativa Gavi, the Vaccine Alliance. La telemedicina también está relacionada con el ODS número 9 —Industria, Innovación e Infraestructura— que promulga el acceso universal a internet.

El acceso a servicios de salud esenciales, de calidad y asequibles es una medida que también podría ayudar a reducir la brecha de género en países emergentes. Se trata de otra meta recogida dentro de los ODS establecidos por la ONU —la número 5— y por la que también trabaja CaixaBank mediante su adhesión a los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres en las Naciones Unidas, entre otras medidas.

En los países emergentes, la tasa de mortalidad materna es todavía 14 veces mayor que en las regiones desarrolladas. En ellos, además, las mujeres y niñas ven habitualmente restringidos sus desplazamientos debido a presiones sociales, por lo que tienen más difícil acceder a unos servicios médicos que suelen estar a kilómetros de distancia de sus hogares. El teléfono móvil para realizar consultas médicas puede marcar la diferencia entre gozar o no de una vida saludable para ellas.

Este dispositivo que un alto porcentaje de la población siempre lleva encima también puede ejercer de supervisor del paciente de manera remota controlando, por ejemplo, que determinados valores se encuentren dentro de la normalidad. Un caso reciente en este sentido es el del Hospital Universitario de Badajoz, uno de los primeros del mundo en implantar a pacientes de cardiología un dispositivo que se conecta con una app a su smartphone. La aplicación permite a los usuarios mantenerse en contacto con el equipo médico y acceder a la historia de transmisiones.

Los médicos, por su parte, pueden monitorizar a los pacientes de manera remota e identificar episodios asintomáticos, así como avisos de los propios pacientes si detectan que algo no va bien. De esta manera, los equipos médicos pueden intervenir con mayor rapidez ante cualquier problema.

Más eficiencia y seguridad

El 65% de la población está dispuesta a usar la telemedicina, aunque solo el 8% lo ha hecho hasta ahora, según recoge el informe, ‘COVID-19: Telehealth is the New Front Door’, de la firma de consultoría Oliver Wyman. Un dato más: el 23% de los médicos encuestado ofrece este servicio, pero solo el 6% de los usuarios cree que estos profesionales están disponibles a través de medios telemáticos.

Desde esta consultora recomiendan implantar servicios de telemedicina “con el propósito de mejorar la seguridad y la eficiencia cuando el sistema más lo necesita, ya que puede resultar vital para liberar a profesionales sanitarios con el objetivo de que se ocupen de los casos más graves en persona”, en referencia a la situación provocada por la expansión de la COVID-19. En España, según la misma fuente, alrededor del 60% de los profesionales de la salud ya están usando herramientas como WhatsApp para comunicarse con pacientes o con otros compañeros.

En cuanto a los ciudadanos, casi 6 de cada 10 españoles desearían tener una app con la que acceder a atención médica a distancia, según recogía hace poco más de un año el informe ‘360º Wellbeing Survey’ elaborado por la aseguradora Cigna. Entre las principales ventajas que mencionan se encuentran la posibilidad de obtener información para llevar una vida más saludable o medir y hacer seguimiento de algunos aspectos médicos.

El uso de herramientas de videoconferencia también se abre paso. En la plataforma Doctoralia está disponible desde finales de marzo como complemento a su servicio de atención online, puesto en marcha a comienzos de la pandemia. Un formato que han incluido tras detectar que la demanda de consultas a distancia se ha multiplicado por ocho en las últimas semanas. Su propósito es acortar los tiempos de respuesta y agilizar los diagnósticos y tratamientos requeridos por los pacientes, así como aligerar la carga de trabajo en las urgencias y consultas de los centros médicos, clínicas y hospitales.

En un momento en el que los avances en telemedicina prometían revolucionar el sector de la salud, la actual crisis sanitaria podría convertirse en un punto de inflexión para la implantación de estas tecnologías de asistencia telemática. Las videollamadas o el uso de apps de control y seguimiento de pacientes son solo una muestra de las posibilidades de la prestación de servicios sanitarios a distancia.

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