SOSTENIBILIDAD

Seis gestos para colaborar con la igualdad

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Seis gestos para colaborar con la igualdad
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CaixaBank

09 Marzo, 2021


Trabajar por la igualdad no es un eslogan de moda o una cuestión que podamos delegar en los demás. La reducción de las desigualdades es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible enunciados por la ONU para alcanzar un futuro próspero para todos. También la igualdad de género ocupa una de estas metas, concretamente la número 5. Ambos objetivos son tan importantes, que esta organización los considera claves para el progreso de toda la sociedad.

Para avanzar en la necesaria igualdad entre las personas existen múltiples caminos. Los más conocidos tal vez sean los grandes acuerdos internacionales que promueven cambios en las legislaciones, las acciones de activismo o las reivindicaciones multitudinarias. Sin embargo, no son los únicos. De hecho, la manera de alcanzar una igualdad real pasa realmente por un cambio de actitud en cada persona.

Esto se debe a que nuestra manera de actuar puede ser contagiosa y provocar cambios en las personas con las que interactuamos. Los pequeños gestos cotidianos importan, y mucho. Todos podemos amplificar el efecto de las políticas de igualdad que promueven instituciones y empresas si asumimos pequeñas variaciones en nuestras acciones. Sobre todo ahora, cuando la pandemia de la COVID-19 ha revertido algunos de los avances logrados en los últimos años para reducir la brecha de género laboral y ha impactado en otros como el relacionado con las tareas domésticas.

Contribuir a la igualdad es cuestión de incorporar a nuestra vida algunos pequeños gestos, como veremos a continuación.

- Asume la corresponsabilidad

El reparto equilibrado de tareas domésticas y de las responsabilidades familiares es una tarea de todos. Sin embargo, la ONU asegura que, antes de la pandemia, las mujeres ya realizaban el triple de trabajo doméstico y asistencial no remunerado que los hombres. Una desigualdad que en el último año se ha visto agravada por el cierre de colegios y la sobrecarga de la asistencia sanitaria.

Este desequilibrio no solo consume el tiempo, sino también energía que se resta a las mujeres para avanzar en sus carreras y disfrutar de su ocio. Asumir la propia responsabilidad en el trabajo no remunerado de tareas domésticas o responsabilidades de crianza y cuidados es una buena manera de acabar con esta situación.

- Comparte la carga mental

Entrar de lleno en la corresponsabilidad significa también compartir la carga mental asociada a la definición y el reparto de tareas domésticas y de cuidados, que suele afectar a las mujeres. No basta con esperar a que nos digan qué debemos hacer y cuándo: debemos formar parte de todo el proceso, desde la definición y el reparto de tareas hasta su ejecución y control periódico.

Para ello, conviene identificar cuáles son las necesidades que tiene la familia en estos ámbitos, tener en cuenta las fortalezas de cada miembro al compartir las responsabilidades, organizar las actividades mediante una lista de tareas, alentar a niños y niñas a que participen por igual, así como reconocer y admitir el valor del trabajo de todos.

 

- Plántate ante el sexismo

Las actitudes sexistas están presentes en el día a día de muchas mujeres. Bromas inapropiadas, comentarios irrespetuosos y otras situaciones incómodas son más comunes de lo que puede parecer. Por eso es tan importante que las personas se planten ante ellas, sin importar su género.

Intervenir ante esas actitudes o comentarios sexistas es necesario para romper esa dinámica. Informarnos adecuadamente para cortar en seco informaciones falsas basadas en estereotipos o mostrar desacuerdo de manera segura y respetuosa ante cualquier comportamiento inadecuado son algunos de los recursos a los que podemos acudir.

- Reconoce tus propios prejuicios

El primer paso para superar un problema consiste en reconocerlo. Esto sucede con los propios prejuicios, una manera distorsionada de contemplar la realidad que nos limita y debemos dejar atrás para continuar evolucionando como personas y como sociedad.

Existen prejuicios de todo tipo, desde los asociados al género hasta los vinculados a la edad de las personas. El problema es que han sido interiorizados de tal manera a lo largo de los años que ni siquiera resultan fáciles de distinguir. Realizar una reflexión que nos ayude a identificar esas áreas de mejora e informarnos sobre la realidad de los demás nos ayudará a identificarlos

- Practica la escucha activa

Una vez reconocidos, la mejor manera de superar prejuicios y estereotipos consiste en ponerse en la piel de los demás. Para ello, una de las herramientas más potentes que tenemos a nuestro alcance es la escucha activa.

Según explica el MIT, esta manera de comunicarnos nos facilita no solo adquirir información de las otras personas, sino también mejorar la comprensión de otros puntos de vista e incluso trabajar de manera cooperativa.

Para ejercerla, es importante mostrarse interesado ante el interlocutor, tratar de ponerse en su lugar y limitar las propias intervenciones a aquellas que nos ayuden a comprobar que hemos entendido bien lo que nos quieren decir.

- Promueve la igualdad en el trabajo

Acabar con la brecha de género salarial y con los techos de cristal es una tarea que requiere de la implicación de todos. Desde las instancias más elevadas de una empresa hasta el último trabajador contratado, todos deben contribuir a crear una cultura de la igualdad que permita prosperar a todas las personas.

Para ello, es primordial lograr que todas las personas de la organización se sientan integradas y aceptadas. Escuchar una idea por lo que aporta y no por la persona que la dice, entender que la maternidad o la paternidad no significan un menor compromiso o utilizar lenguaje inclusivo e integrador son algunos de los gestos que marcarán la diferencia en este sentido.

También resulta imprescindible que las propias empresas apoyen la carrera de todas las personas que trabajen en ellas, independientemente de su género o edad. En este sentido, CaixaBank ha puesto en marcha la campaña #CadaGestoCuenta, cuyo objetivo consiste en incentivar conductas dentro de la entidad que favorezcan la igualdad y pongan en valor la diversidad de género, funcional y de edad. Además, CaixaBank promueve el programa Wengage con el objetivo de impulsar la igualdad de género y reforzar el rol de las mujeres, mediante el impulso del debate social sobre la diversidad o la organización de programas de mentoring para mujeres, entre otras iniciativas.

La igualdad real de las personas y, en concreto, la igualdad de género es un objetivo que se puede conseguir si todos nos proponemos trabajar en él e incorporar algunos gestos sencillos que, sin embargo, pueden marcar una gran diferencia.

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